10.25.2006

La Presidenta Bachelet y la globalización


La semana pasada, la Presidenta Michelle Bachelet, realizó una visita de tres días a Alemania.

En Bitterfeld, una de las ciudades más contaminadas de la antigua República democrática alemana, la Presidenta inauguró las nuevas instalaciones de Chemiemetall, empresa alemana que pertenece a la chilena -pero global- Molymet.

La nueva planta, con modernos hornos y tecnología de punta, reemplazó por completo a la antigua, que pertenecía al “combinado” químico (en la RDA, las empresas se denominaban Kombinat) de la época del socialismo real, cuyas instalaciones eran aptas -en el mejor de los casos- para un museo y uno del horror, porque los trabajadores carecían de la más mínima protección, muy lejos de los standards a los que estábamos -ya hace 15 años y mucho más- acostumbrados en el occidente de Europa.

Tuve la suerte de asistir a la inauguración y de disfrutar el discurso de la Sra. Bachelet, que no dejó de impresionarnos pues, como alemanes, estamos acostumbrados a escuchar que la globalización sólo es buena para los países ricos y mala para los pobres, que están en su contra.

No es que quiera insinuar que Chile es un país pobre. Pero no se cuenta dentro del primer mundo, ni tampoco del segundo. Aunque, sin lugar a dudas, me parece que casi ha llegado a integrar la clase media mundial o está cercano a ello. No obstante, aquí en Europa continuamos considerando a toda Hispanoamérica como pobre.

El desafío del Chile de hoy -y de muchos otros países como el nuestro-, es aprovechar al máximo las oportunidades que presenta el mundo moderno. Como gobierno tenemos muy claro que esto lo haremos en conjunto el sector público y privado. Porque son nuestras empresas, son nuestros emprendedores quienes deben salir al mundo, invertir, vender productos...

Increíble, no lo habría esperado ni siquiera de la Democracia Cristiana alemana, que -a diferencia de la chilena- es un partido que se ubica entre la centroderecha y la derecha.

Un amigo alemán me comentaba que las palabras de la Presidenta corresponderían más a un miembro del Partido Liberal alemán (el domingo 22 en el barómetro político, las preferencias por los liberales alcanzaban a un escaso 10%).

Esto me hace pensar en lo mucho que discutimos en el foro de Zona de opinión acerca del artículo de Carol Bown ¿Quién es de Derecha?

La globalización para Chile es una gran oportunidad. Tenemos que dotarla de instrumentos jurídicos que puedan gobernarla y transformarla en una gran palanca de progreso. De ahí nuestro énfasis en un orden internacional fundado en el derecho, el multilateralismo y un comercio sin barreras, que permita la circulación de bienes y servicios bajo instituciones y marcos jurídicos apropiados (...).

En efecto, la globalización es un instrumento que hace posible el progreso económico de los pueblos. Aunque no hay que dejar de lado su dimensión cultural que igualmente contribuye al avance social de todos, tanto o más que el aspecto económico. En efecto, países como el nuestro, con firmes valores y virtudes bien arraigadas en grandes sectores de la población tiene una gran responsabilidad frente al mundo. Para qué les cuento lo bien impresionados que quedaron los invitados alemanes (empresa privada, gobierno y prensa) del buen ambiente (alegre, cordial, optimista y muy profesional) que respiraban en Chemiemetall. Me dijeron que les gustaría que hubiese una inauguración de alguna empresa chilena todos los meses.

Chile posee hoy una ventajosa posición en el mundo, producto de una amplia red de acuerdos comerciales que hemos firmado con los más importantes mercados a nivel mundial, como son la Unión Europea, Estados Unidos y China, entre otros. Todos estos acuerdos se potencian entre sí, crean comercio y estimulan las inversiones en el país (...)

Por eso es que Molymet se constituye en un verdadero ejemplo para todas las empresas chilenas y da muestras del éxito en la inserción de Chile en la economía. Todo ello habla muy bien de nuestros empresarios, de nuestros profesionales y técnicos y de nuestros trabajadores.

El ministro de hacienda de Sachsen-Anhalt- donde está ubicada Chemiemetall- el socialdemócrata Jens Bullerjahn, quien también nos deleitó con un muy buen discurso durante la inauguración en Bitterfeld, extendió una invitación a otras empresas chilenas para invertir en este Bundesland. Las inversiones chilenas cuentan con todo el apoyo tanto del gobierno del Sachsen-Anhalt, como del gobierno federal alemán. Y ¡son bienvenidos! ¿Qué esperan para venir?